En los últimos 14 años la leche subió mucho más que la luz y el gas


Aún con un aumento del 400% de la factura del gas de red, el valor del servicio mantiene un rezago de 1.000 puntos porcentuales con la inflación desde 2001

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Durante casi tres lustros la sociedad argentina fue sometida a convivir con tres regímenes de precios:

1. Los determinados por la estacionalidad de alta o baja, como ocurre con la mayor parte de los productos frescos, cuya oferta depende de la extensión y madurez del ciclo productivo: frutas, verduras, cereales y oleaginosas y ciclo ganadero.

2. Los libres, que no dependen ni del clima ni del calendario (como el turismo), sino de la oferta de la producción y de las importaciones, y de la demanda del consumo interno y de las exportaciones.

3. Los precios administrados por el gobierno central como estrategia de control de la inflación, aunque fracasó históricamente en el mundo y más aún en la Argentina, como se repitió en las tarifas de los servicios públicos, el tipo de cambio y muchos productos de la canasta básica familiar.

 Desde 2001 el precio del sachet de leche se multiplicó por 16,1, el valor del servicio básico de la TV por cable por 12,7, mientras que con el último aumento en suspenso la tarifa de la luz lo hizo por 6,7 y la del gas por 12,4 veces

Fue justamente en los precios administrados, o regulados por el Poder Ejecutivo Nacional, donde la arbitrariedad del poder central produjo severas distorsiones. Al punto que, en poco más de 14 años –aún con los aumentos que se intentaron aplicar a partir de abril, frenados por intervención judicial–, mientras las tarifas de luz y gas subieron un 659% y 1.135%, respectivamente, el precio de la leche en la góndola de supermercados se encareció 1.510%, el servicio básico de TV por cable 1.169%, mientras que la inflación que erosionó el poder de compra de muchos salarios se elevó en ese período poco más de 1.600%.

Fuente: Infobae